Mi hija es toda una mujer, y muy zorra
Su hija es una de esas tías buenas que cualquiera pagaría su sueldo con tal de tenerla sentado sobre él. Pero no es algo al alcance de cualquiera y su padre lo sabe. Sin embargo la chica, a pesar de lo buenísima que está, tiene cierta obsesión con su padre y en especial con su polla. Sentada encima de él no podía evitar jugar con su rabo, comérselo, mostrarle su coño… según ella él nunca podrá acceder a su chochito, pero si le regala mamadas y hace ciertos juegos que haría eyacular a un octogenario.
Con su coño totalmente mojado si que se dedica a rozarse con la polla del hombre. Se restriega de tal manera que es raro que no la penetre, pero sabe que eso no estaría bien y se conforma con lo que la chica quiere darle… dadas las circunstancias en realidad no es poco.